Si querés acompañar esta lectura con música, te recomiendo mi playlist Tranqui en Spotify Hola Reader, ¡Cómo estás? Te estoy escribiendo desde un avión, son las 8 de la mañana y estoy volando a la casa de mis viejos en México. Si bien los vi en diciembre, en medio de toda la locura del casamiento solo pude compartir alguna que otra comida aislada, y con ese tipo de encuentros breves siempre me queda sabor a poco. Con mis amigas me pasa lo mismo: si cuando voy a Argentina solo nos vemos con cenas de por medio, siento que no queda espacio para nada más que ponerse al día. Pero si nos hacemos una escapada corta a algún lado, ahí es donde aparece la magia de la cotidianidad: arrancar el día contando qué soñamos la noche anterior, compartir un matecito, ir al súper a hacer las compras, ver qué prefiere preparar cada una… Siento que ver a alguien en pijama es terminar de conocerlo, o al menos pasar la frontera entre la máscara que mostramos hacia afuera y quienes realmente somos puertas adentro. La cosa es que me gusta ir a visitar a mis viejos y quedarme con ellos unas semanas, porque así puedo compartir desde un lugar más cotidiano y, para mí, más real. Y como mi trabajo me permite esa flexibilidad, allá vamos. Enero fue un buen mes. Después de la intensidad con la que cerré 2024 necesitaba unos días tranquilos en casa para volver a la rutina, conectar con mi ritmo, mi cuerpo, mi trabajo y mis cosas. Fue un mes de anidar en mi calma y anclar por un ratito, acompañada en espíritu por el invierno alemán, que no invita demasiado a salir (específicamente el de Berlín). Algunas actividades de enero: Pasamos muchas horas con Bruno trabajando espalda con espalda en nuestro estudio compartido, con el gatito variando en su elección de regazo. Últimamente Tyrion lo está eligiendo mucho más a él que a mí y eso me da un poco de celos, pero lo estoy tratando de manejar con dignidad. *disimula el llanto* Se rompió una de mis tazas favoritas *disimula el llanto de nuevo* e intenté hacerle Kintsugi, arreglándola con dorado en las grietas para realzar la belleza de sus imperfecciones… pero no realcé nada, quedó desprolijísima. Iba a tirarla hasta que por Instagram me convencieron de darle otro uso y la convertí en un lapicero, que me gusta bastante. Gracias, héroes anónimos, por salvarla. 🙏🏻 En enero también agarré mi cerebro y lo puse en remojo mirando Love is Blind Germany y Love is Blind Argentina enteras. No suelo ver tele chatarra y la verdad es que resultó un experimento muy interesante. Los primeros tres capítulos se sintieron como una droga, me reía en voz alta y no podía esperar para darle play al siguiente. Pero a partir del cuarto, empecé a notar que la emoción decaía: lo que al principio me divertía me empezó a parecer “meh” y mi estado de ánimo iba en la misma dirección, hastaabajopapi. Me hizo acordar a cuando me como algo demasiado empalagoso, por ejemplo una porción gigante de torta rogel: al principio es pura emoción, pero para las últimas cucharadas me pregunto por qué sigo comiendo si ya estoy empalagada, tengo la lengua toda empastada y ni siquiera lo estoy disfrutando. La versión tele de eso mismo. Lo que más me llamó la atención es que dejé de ver y al otro día cuando puse otro capítulo volví a pasarla bien, para después repetir la misma decadencia de ánimo a medida que avanzaban los episodios. Mi teoría es que los primeros resultan un entretenimiento fácil que te pone de buen humor, pero cuando ya te vaciás de dopamina barata, seguir con lo mismo solo te hace sentir mal mientras te hundís en el sillón. Así que tomé nota y me puse una regla: veo dos o tres capítulos, y después me voy a entrenar. De esta forma levanto dopamina de la valiosa y reseteo mis papilas gustativas televisivas para seguir disfrutando de chatarra otro día, con moderación. Y creo que este insight aplica a muchas cosas... ¿Quién hubiera dicho que Love is Blind traía lecciones de vida, no? Hablando de entrenar, en enero volví con fuerza al gimnasio y no dejé que ninguna excusa me alejara de mi objetivo de ir cuatro veces por semana (ni siquiera tener que pedalear bajo la nieve para llegar a destino). Super tranquilo mi mes, ¿viste? Creo que es por eso que me dieron ganas de hablarte sobre la calma como fuerza creativa en esta entrega. Este mes tuve muy buenas ideas, avancé en proyectos que significan mucho para mí, tomé decisiones importantes y descubrí, una vez más, que soy muchísimo más productiva y creativa cuando estoy en calma. Por más que la gente que me conoce me describe como una persona tranquila, la realidad es que soy bastante ansiosa e hiperactiva pero llevo el proceso por dentro (pues introvertida). La calma no me resulta un estado natural: siempre estoy buscando algo nuevo o algo difícil, algo estresante que me mantenga arriba (tengo un 🚀 en el 🍑, hablando mal y pronto). Hace poco lo charlé en terapia, porque se me metió en la cabeza la idea (validada por el Dr. Google) de que soy adicta al cortisol, la hormona que segregamos cuando estamos estresados. Al final parece que no es que soy adicta físicamente a ninguna hormona, simplemente tengo muy instalado este chip mental overachiever por imposición (del entorno, la cultura, la sociedad, qué sé yo). Ato mucho mi valor a mi capacidad de hacer y siento que cuanto más fuerte me exijo, más hago… Lo cual, además de terrible, es mentira. Ya me leíste en otras cartas hablando sobre esto, es una búsqueda en la que estoy hace mucho: la de revalorizar la calma como un estado no solo aceptable sino necesario. En medio de esta esta búsqueda se me ocurrió crear Tranqui Podcast, un espacio para compartir mis experimentos y descubrimientos en este intento de reivindicar a la calma como fuerza creativa. Estoy emocionadísima con este proyecto y le estoy poniendo mucho amor 🥹❣️ así que si querés saber más, te cuento abajo en la cartelera de novedades. En esta entrega te voy a compartir algunas semillitas de calma como fuerza creativa para que puedas plantar en tu jardín las que más te gusten. Pero antes, tres favoritos de enero. Algunas semillas de calma como fuerza creativa (este mes viene cargadito✨, plantá todas las que quieras) 🐌 ¿Alguna vez escuchaste hablar del JOMO? Es la contracara del FOMO (fear of missing out) y significa joy of missing out o, en español, “la alegría de perderse cosas”. Me encanta este concepto porque nos anima a disfrutar entendiendo que al supuestamente"perdernos" cosas, en realidad nos estamos regalando muchas otras. ¡Por más JOMO este año! 💫 🦌 Adoro los posteos de Viktoja Borison, pero hay uno particularmente divino que creó cuando se dio cuenta de que estaba atrapada en una espiral de agotamiento y burnout decidió tomarse un descanso. A través de un carrousel con ilustraciones animadas nos comparte cómo de a poquito fue aprendiendo a volver a la calma, soltar la presión del perfeccionismo y pedir ayuda. Si estás en un momento similar, este mensaje puede ser el empujoncito que necesitás para abrazar la idea de que parar y tomar un descanso es también una forma de avanzar. Acá te lo dejo (en inglés), ⛵️ Hicimos una colaboración hermosa con Lu, a.k.a. Olivia, a.k.a. Oli Ilustra, uniendo fuerzas para ilustrar un wallpaper con una frase que me encanta: Slow is smooth, smooth is fast (lento es suave, suave es rápido). Es un recordatorio que viene siempre bien tener a mano, y mirá qué lindo que queda en el celu: Descargalos para la compu y el celu acá (¡y si los usás, arrobanos así los vemos! 😍). 🎬 Burnout, de Lou Baez, es un corto animado que cuenta la historia de un artista que al volcar toda su energía en su arte, termina consumido por lo que alguna vez fue su mayor fuente de inspiración. Una creación que nos invita a pensar sobre la importancia de cuidar nuestra energía, reconocer nuestros límites y priorizarnos, incluso (quizás, específicamente) cuando se trata de nuestras pasiones. Si tenes ganas de verlo, acá te lo dejo 🌱 Me encantó esta ilustración de Cely Huus que acompaña un proceso de pensamiento hermoso: "No tengo ideas. Aceptar la ausencia de ideas me provee de silencio. Y es en ese silencio donde las encuentro". Podés verla acá. 🎨 Ale Bellorin es una diseñadora mexicana le dio vida a palabras de Susan Cain a través de una serie de ilustraciones titulada “Conscious introvert”. Inspiradas en las reflexiones de la autora sobre la profundidad y el poder de la introversión, sus ilustraciones nos recuerdan, con fuerza y delicadeza a la vez, que la calma también puede ser un motor de creatividad. Podés ver todas las ilustraciones acá 💐 Brújula interna Algunas preguntas alrededor de la calma como fuerza creativa para invitarte a mirar al pasado, presente y futuro: Postales desde el bosque Esta postal la envía Valentina desde el bosque de La Baumhaus en Montevideo, Uruguay, con amor para vos. Si sos parte de La Baum, en Patreon encontrás el paso a paso para mandarme una de estas a Berlín y que tu mensaje de luz se expanda en este news ✨ Durante febrero en La Baum vamos a explorar la calma como fuerza creativa con una misión y un club de lectura enfocados en reivindicar el poder de estar, simplemente, tranqui. ¡Qué necesario permitirnos este espacio! ¿Nos vemos ahí? Ir a La Baumhaus 🏡 Cartelera de novedades 📌En febrero se viene 🎙️ Tranqui Podcast: un espacio para cultivar la calma como fuerza creativa. El foco no es “la tengo clarísima con todo, vení que te enseño”, sino más bien “soy una persona hiperactiva, overachiever y ansiosa, aprendiendo que su versión más feliz (y, quizás contraintuitivamente, más productiva) se encuentra en la calma”. Es un podcast en el que quiero compartir mis descubrimientos y todo lo que voy probando en este viaje hacia una vida más pausada, tranquila, sana y, en consecuencia, creativa. Le estoy poniendo muchísimo amor y dedicación y ya tiene un arte precioso y hasta su propia cancioncita 🥹 ¡No veo la hora de lanzarlo! Pronto más novedades. ¿Qué te parece esta nueva estética? En este post podés ver el antes y el depués. ¡Eso es todo por este mes! Si te reenviaron este newsletter podés suscribirte acá. Si querés seguirme en Instagram podés hacerlo acá. Si querés leer ediciones anteriores, podés hacerlo acá. Si te gustaría tener estos textos en papel para marcar, subrayar y hacer tuyos, encontrás todo 2020 y 2021 compilado en las Bitácoras I y II. Y si querés recomendar este news, te lo agradezco muchísimo. Gracias por recibir esta carta, significa un montón. Nos leemos el mes que viene 🫶🏻 Psst, mi newsletter está hosteado en Kit, una plataforma de email marketing muy completa y genial. Si querés probarla para tu propio newsletter o emprendimiento, hacé click acá. |
Este newsletter es una cajita de herramientas creativas, envuelta en forma de carta de una amiga.
Si queres poner una canción de fondo mientras leés esta carta, te recomiendo La Vie En Rose interpretada por Daniela Andrade Hola Reader, ¿Cómo estás? Son las 7:50 am del 31 de diciembre y me propuse que escribirte sea lo primero que haga hoy, el último día del año. Casi nunca me siento tan tarde en el mes a hacerlo, pero este diciembre fue probablemente uno de los meses más intensos de mi vida (diría que el más intenso, pero creo que ese febrero de 2020 en el que me mudé a Alemania sin casa...
Si queres poner una canción de fondo mientras leés esta carta, te recomiendo Bloom de The Paper Kites Hola Reader, ¿Cómo estás? Yo bien, tomando un matecito y escribiéndote desde un espacio de cowork en Buenos Aires, mi ciudad natal 🇦🇷 Buenos Aires, matecito y newsletter Estoy en medio de un viaje muy especial, porque esta vez, además de venir de visita, vinimos a celebrar nuestro casamiento. Ya hicimos una pequeña celebración en Septiembre después del civil en Berlín, pero queríamos hacer la...
Si querés acompañar esta lectura con música, te recomiendo Holocene de The Bon Iver, una canción que siempre me transporta a un lugar especial Hola Reader, ¿Cómo estás? Yo muy bien. En este momento te escribo desde un cafecito acá en mi barrio que, aunque siempre estuvo cerca, nunca había visitado. Hacía mucho que no me daba el gusto de salir a escribirte en un lugar especial fuera de casa y me dieron ganas de retomar la costumbre este mes, así que aquí estamos. ☕️ Escribiéndote esta carta...