julio 2025: aceptarse y querer más 🫂


Si queres poner una canción de fondo mientras leés esta carta, te recomiendo Keep Your Head Up de Ben Howard

Hola Reader, ¿Cómo estás?

Te escribo desde mi estudio en casa, son las nueve de la mañana. Hoy tenía agendado ir a escribir el newsletter a un café pero me olvidé, me hice un mate y cuando leí la agenda ya era muy tarde para soltarlo. Así que acá estamos.

Mientras escribo esta intro me río por dentro, porque estoy arrancando un news sobre autoaceptación mientras acepto que hoy no voy a ser la Carla de mi ideal: esa que se pone linda, se perfuma y va a escribirte toda inspirada desde algún rincón cozy de Berlín con un capuccino en la mano. Hoy soy la que te escribe vestida de gimnasio, despeinada y con un tender de ropa secándose al lado.

Algunas veces me dejo llevar por lo que me sale ese día (como hoy), pero generalmente intento hacer el esfuerzo consciente de salir de mi piloto automático y esforzarme por superar mi programación inicial, aunque me genere resistencia. No quiero que "hacer lo que me sale" se vuelva mi norma, como regla general quiero esperar más de mí porque sé que si me lo propongo, puedo (y me hace sentir muy bien).

Soy muy promotora de la autoayuda, y eso me hizo chocar más de una vez con ciertos discursos de amor propio que me dicen que no tengo que cambiar nada de mí y que soy perfecta como soy. Seguro también notaste que hay algunos sectores que castigan mucho el discurso de la autosuperación porque lo ven como opuesto al de la autoaceptación, como si querer cambiar algo en vos trajera como consecuencia detestar tu punto de partida.

Para mí ese enfoque solo rasca la superficie, pero antes de meterme en este tema necesito hacerte una aclaración:

Disclaimer
Estuve pensando mucho en mi forma de comunicarme con vos, y así me encontré con algo que no me encantó: cuando escribo y comparto algo significativo para mí, lo paso por el filtro de la cultura de la cancelación. Sé exactamente qué temas tocar y de cuáles alejarme para evitar que algún tuitero elija un recorte de mi mensaje y lo amplifique para que me quemen en la hoguera.
Y me cansé de vivir así, tengo ganas de escribir desde todas mis verdades, no solo desde las que son cómodas. Si resuena, bien, si no, también. En palabras de Dita Von Teese: "You can be the ripest, juiciest peach in the world, and there's still going to be somebody who hates peaches."
Así que para empezar a sacarme la curita de la autocensura voy a meterme en un tema que no me resulta fácil de tocar, pero que me atraviesa desde que tengo uso de razón: mi relación con mi imagen corporal.

Si decís en voz alta que no estás conforme con tu cuerpo y que querés cambiar algo, hoy hay condena social (explícita o implícita) de quienes critican la autosuperación usando de bandera el amor propio. ¡No podés querer cambiar tu cuerpo! ¡Tenés que aceptarte y amarte incondicionalmente tal cual sos! *te gritan mientras te liberan a latigazos en la espalda*

En Barajar y Dar de nuevo, mi curso de hábitos y planificación, cuento que cuando llegué a Berlín me propuse construir una rutina de ejercicio y alimentación que me ayudara a sostener un peso estable. Lo de “estable” es relativo (al entrenar gano masa muscular y eso aumenta mi peso en la balanza), pero seguro entendés a qué me refiero: no quería más subir y bajar de a 10 kilos como consecuencia de dejarme llevar incesantemente por mis impulsos. En mi caso las subidas y bajadas abruptas no eran una expresión de disfrute, sino de mucha complejidad interna: atracones hasta que me dolía la panza, emociones no procesadas, traumas no resueltos. Y sin embargo en la encuesta post curso me han llegado a decir que decir que me quería proponer bajar de peso era gordofóbico y que no lo diga más.

El curso está grabado así que eso quedó ahí, pero nunca más toqué el tema... públicamente. No quiero que me pongan etiquetas con las que no me identifico, no me gustaría ser percibida como gordofóbica, mala feminista o poco sorora, ni tengo ganas de ofender a nadie. Prefiero callarme.

Pero después noté que a mi pareja y a mis amigas les sigo hablando con sinceridad sobre cómo me siento con mi cuerpo, incluso cuando solo quiero cambiarlo por razones estéticas (y, como tales, totalmente subjetivas). Puedo decir después de un viaje "la pasé genial, comí un montón de cosas ricas, subí 3 kilos y estuvo buenísimo pero estas semanas de vuelta en casa me quiero acomodar para volver a mi peso, así que yo hoy me llevo un tupper" y no sentirme juzgada.

Y eso me hizo pensar: si yo sigo compartiéndolo en confianza pero escondiéndolo para afuera, ¿A quién le estoy haciendo un favor? ¿Está cambiando algo en mí o solo estoy alimentando la censura de ciertos temas al no mencionarlos por miedo? ¿Cuántas verdades estamos reprimiendo solamente para que no nos juzguen? ¿Y si con nuestro silencio le estamos privando a otra persona de espejarse con nuestra realidad y darse cuenta de algo que quiere para ella?

El tema del cuerpo es solo un ejemplo que me toca de cerca, por eso lo traigo, pero esto se traduce a todo: decir en voz alta que querés una pareja estable, ganar mucha plata, ser más productiva... Deseás lo que deseás, y si no lastimás a nadie no debería ser un problema. Me resulta paradójico que un discurso que dice invitarte a abrazar el amor propio, al mismo tiempo te pida que escondas, maquilles o silencies tus deseos. Quiero lo que quiero y por que me digas que lo cambie no lo voy a dejar de querer, solo te lo voy a dejar de decir.

¿El deseo de que mi cuerpo se vea de determinada manera es una bajada patriarcal y cultural? Por supuesto. Yo no elegí que de chica me señalaran por ser más gordita que las demás nenas, que la tele me bombardee desde que tengo uso de razón con estándares de belleza muy específicos y las revistas con críticas horribles al cuerpo de otras mujeres, como tampoco elegí tantas otras bajadas de línea sociales. Pero están enterradas en mi subconsciente, es una incómoda realidad.

Podés trabajarlo en terapia (lo hago), hablarlo con amigas (lo hago) y ser lo más bondadosa que puedas con vos misma (lo hago) pero dejar de decir lo que te pasa en voz alta por miedo a la condena social solo te deja sintiéndote peor con vos misma. ¿Encima que quiero cambiar algo de mí, soy una mala persona por quererlo? Al final de cuentas, lo único que varía son las personas que ocupan el rol de dictar qué es lo correcto (ser flaca, ser gorda, hablar de esto, callarse), pero el mecanismo dictatorial es el mismo.

Puedo negar mi deseo intentando convencerme de que quiero otra cosa, o puedo aceptarlo y trabajar con eso, sin dejar de honrarme como soy hoy. Eso decidí hacer ahora.

Es posible querer entrenar mucho para llegar a tener un melocotoncito (léase con este tono) y al mismo tiempo ver a mi cuerpo actual como el templo milagroso que es, el que me conecta con este plano y me permite experimentar alegría, emoción y placer. Un cuerpo digno de amor y por el cual estoy agradecida, tenga la forma que tenga. Y habrá días que me guste más como soy, días que menos, pero el amor de fondo se mantiene porque no está atado a una mirada externa sino a algo profundo y mío que nadie puede tocar. Algo que cuando me animo a anclarme sobre mi verdad se hace aún más poderoso e intocable, incluso cuando esa verdad es que quiero cambiar algo.

Esa es la gran diferencia.

Aceptarse y querer más de una misma puede parecer un oxímoron, pero no son nociones mutuamente excluyentes.

Estoy aprendiendo a amarme como soy: con lo bueno, lo malo, lo que me encanta y lo que quiero cambiar… Porque siempre va a haber cosas que quiero cambiar. ¡Y menos mal!

Quiero ser mejor esposa, mejor amiga, mejor hija, mejor vecina. Quiero convertirme cada día en una mejor profesional, comprometerme con mi crecimiento y con el de mi negocio.

Eso no significa que no me acepte como soy. Significa que sé que el verdadero crecimiento requiere salir de mi zona de confort y desafiar mis propios límites para seguir mi verdadero deseo.

Aceptarse no es rendirse ni conformarse: es reconocer con amor el punto de partida y, desde ahí, elegir con intención el destino, honrando cada paso del camino.

Puedo querer ser mi mejor versión (la mejor para mí, que no va a ser la misma que la tuya, y está perfecto) sin agredir a quien soy hoy. Con amor. Con paciencia. Con compasión.

Esta tensión entre aceptarnos y querer más no se resuelve, se habita.

Y cuanto más practiquemos habitarla, más amable se hace el camino.

En esta entrega te voy a compartir algunas semillitas sobre este tema, para que puedas plantar en tu jardín las que más te gusten. Pero antes, 3 favoritos de junio.

3 favoritos de este mes

1

Tras cinco años viviendo en Berlin finalmente fui a mi primer boliche techno en la ciudad y fue divertidísimo. Desde elegir outfits bien coloridos (el bouncer es bastante estricto con el dresscode y se la pasa rebotando gente en la puerta, así que fuimos con Bruno a un local de ropa second hand a buscar cositas que cumplan con sus reglas) hasta conocer un lugar increíble y bailar con mis amigos: Qué suerte que salí de mi zona de confort 🌈

2

Volví a salir de mi zona de confort para ir con mis amigas a ver a Miranda! una noche entre semana (¡sacrilegio! 👵🏻) y estuvo buenísimo. Qué fiesta esa banda, qué lindo hacer cosas diferentes y qué liberación bailar y cantar a los gritos sin que te importe cómo te ves o qué piensa el de al lado.

3

En junio nos vino a visitar Fefo, el damo de honor responsable de que mi señor esposo y yo nos conociéramos. Nos pusimos al día, comimos cosas ricas, vimos Lilo & Stitch (la de dibujitos, no la nueva) y en un Biergarten les saqué esta foto al atardecer, que me encanta. 🌅

€5.00

Tip Jar 💸

Sostener este news, además de llevarme tiempo y energía, cuesta caro. Lo hago con todo mi amor y siempre va a ser... Read more

Algunas semillas para aceptarse y querer más (plantá todas las que quieras)

🎧 Si estás con ganas de meterle al mood transformación radical + amor propio en cualquier ámbito de la vida, te comparto dos himnos de Marina para que entres en tu nueva era con todo el glitter: Princess of Power y Rollercoaster. (Ojo que la primera es imposible no querer bailarla saltando, yo te avisé).

Baby, I've been down, I've been down so low.
But the more I love myself, the higher up I wanna go.

🧚

🌸 Esta ilustración de Juliana Quitian es una invitación a tratarnos suavecito. Porque en los días difíciles, cuando aceptarnos cuesta un poco más, hacernos el autoregalo de la paciencia es una gran forma de darnos amor (ese que solo nosotros podemos darnos).

🎙️ ¿Qué significa aceptarse a una misma? ¿Hasta dónde llega la aceptación y dónde empieza el cambio? En este episodio de su podcast “El Camino es Hacia Adentro”, Sol de Universo Shakti ofrece una mirada muy realista y compasiva sobre la autoaceptación:

“Si queremos cambiar algo nuestro no significa que no nos estamos aceptando, sino que nos amamos tanto como para entender que la incomodidad actual pesa más que ese cambio en sí mismo.”

Un episodio para abrazar la idea de que aceptarnos no es lo mismo que resignarnos a lo que ya no queremos.

👀 Ya que estoy en tema, en el podcastverse se rumorea que cierto proyecto tranquilito vuelve en agosto. No sé a qué se referirán. ¿Vos tenés idea?

Brújula interna

Algunas preguntas sobre aceptarse y querer más para invitarte a mirar al pasado, presente y futuro:

🧭

Pasado

¿Qué versión pasada de mí hubiera necesitado más compasión y menos juicio?

🧭

Presente

¿Qué deseo tengo hoy que me incomoda o me da miedo reconocer?

🧭

Futuro

¿Qué visión tengo de mi “mejor versión”? ¿Cómo quiero sentirme en ese futuro?

Desde el bosque

Durante julio en La Baum vamos a explorar la tensión entre aceptarnos como somos y, al mismo tiempo, querer más. La misión creativa del mes nos invita a celebrar ese proceso creando una postal, mientras que en el club de cine debate vamos a charlar sobre “Wild Robot” y el poder de crecer más allá de nuestra programación. Además, este mes tenemos bonus especial: una sesión de movimiento con Cata Martínez para liberar el cuerpo y recargar la creatividad. ¿Nos vemos ahí? Ir a La Baumhaus 🏡

Cartelera de novedades

📌 Hace unas semanas Sofi Barbotti me invitó a participar de su podcast para hablar sobre mi relación con la creatividad y las pequeñas prácticas (o rituales) que me ayudan a vivir y crear mejor. Fue una charla muy linda en la que exploramos cómo habitar esa tensión entre conocernos y aceptarnos y, al mismo tiempo, querer crecer e ir en busca de lo que deseamos. Si tenés ganas de escuchar el episodio, acá te lo dejo.

📌 Hay mucho movimiento en el detrás de escena y poco en la cartelera, pero en este post te muestro un pedacito de lo que me rodea estos días. Spoiler alert: me siento muy bien. 💕

¡Eso es todo por este mes!

Si te reenviaron este newsletter podés suscribirte acá.

Si querés seguirme en Instagram podés hacerlo acá.

Si querés leer ediciones anteriores, podés hacerlo acá.

Si te gustaría tener estos textos en papel para marcar, subrayar y hacer tuyos, encontrás todo 2020 y 2021 compilado en las Bitácoras I y II.

Y si querés recomendar este news, te lo agradezco muchísimo.

Gracias por recibir esta carta, significa un montón. Nos leemos el mes que viene 🫶🏻

Psst, mi newsletter está hosteado en Kit, una plataforma de email marketing muy completa. Si querés probarla para tu propio newsletter o emprendimiento, hacé click acá.

Minicarbono

Este newsletter es una cajita de herramientas creativas, envuelta en forma de carta de una amiga.

Read more from Minicarbono

Si queres poner una canción de fondo mientras leés esta carta, te recomiendo You Were Born de Cloud Cult Hola Reader, ¿Cómo estás? Yo bien, hoy escribiéndote desde mi estudio en Berlín con un mate recién hecho y lluviecita golpeando mi ventana. Planeaba ir a escribirte desde un café, pero cuando vi el clima preferí quedarme guardada... Y acá estamos. Una mañana de mayo, escribiéndote Mayo fue un mes diferente. Me tomé vacaciones con mi familia (madre, padre y marido) y desconecté de una forma...

Si queres poner una canción de fondo mientras leés esta carta, te recomiendo SABLE, fABLE, el nuevo album de Bon Iver Hola Reader, ¿Cómo estás? Yo bien, escribiéndote desde un cafecito cerca de casa. Venía medio colgada con este hábito de escribirte desde cafés, pero esta semana compartí un episodio de Tranqui Podcast en el que hablo de lo importante que es mantenernos intencionales, especialmente en estos tiempos en los que el paradigma de todo lo que creemos real está cambiando. Leer,...

Si queres poner una canción de fondo mientras leés esta carta, te recomiendo Don't Look Back de Amarante Hola Reader, ¿Cómo estás? Yo bien, empezando a bajar lentamente de la intensidad que fue marzo. Siento que vengo muy arriba desde que arrancó el año: primero con el lanzamiento de Tranqui Podcast, después con el de Tranqui Content Creator. Dos proyectos nuevos que amo, que creo que le aportan valor al mundo y que ahora que ya existen me hacen feliz, pero que también requirieron muchísimo...