Si querés poner una canción de fondo mientras leés este newsletter, te recomiendo I Will Follow You into the Dark, de Death Cab for Cutie
Hola, ¿Cómo estás? Yo bien, en este momento escribiéndote desde un avión rumbo a Singapur. Ahí nos esperan 8 horas de escala para después partir hacia Krabi, Tailandia. En Krabi hacemos una escala de un día y, finalmente, partimos a nuestro destino final: Koh Lanta, la isla que va a convertirse en nuestro hogar durante todo noviembre (aquí te dejé un pequeño teaser de lo que se viene).
Con Bruno veníamos con ganas de hacer un viaje así hace mucho, mezclando trabajo remoto, playita y buceo, así que estamos muy contentos los dos. Ya te contaré todo sobre esta aventura en el próximo news, pero antes tengo que rebobinar un poco en el mes para que entiendas por qué este viaje, que fue planeado con otra mentalidad, de repente se convirtió en uno de sanación.
Octubre empezó difícil. Mi gatito Bronn estaba raro hace semanas, y veníamos de muchas idas y vueltas al veterinario con distintos análisis, probando todo lo que nos decían sin que nadie termine de darle en la tecla a lo que le pasaba. Una noche me desperté de un salto a las 3 de la mañana tras soñar que el gordito se moría y se me disparó una alarma interna que me dijo que algo andaba muy, pero muy mal con él. Bajé al living, lo vi despierto en el sillón (los últimos días ya casi no dormía) y me quedé el resto de la noche ahí con él, abrazándolo. Mirando hacia atrás agradezco mucho ese sueño, que me dio la que en el fondo sabía sería nuestra última noche juntos. A primera hora lo llevamos al veterinario, le hicieron más estudios y finalmente descubrieron que tenía un tumor enorme e inoperable y que le quedaban pocas horas de vida.
Fueron muy repentinas y difíciles todas las decisiones que tuvimos que tomar ese día. Yo tenía asumido que algún día nos íbamos a despedir, pero pensaba que nos quedarían más años. Pensaba que, el día que me tocara enfrentar ese duelo, estaría más preparada, más adulta, más madura, que tendría una familia más grande, que mis hijos jugarían con él… Pensaba muchas cosas. Pero mi gatito, el gordo hermoso que adopté en Villa Bosch en Mayo de 2014, daba su último suspiro en una veterinaria de Berlín el 9 de Octubre de 2023 mientras le hacíamos mimitos y le cantábamos sus canciones y un pedacito de nuestro corazón se iba suspirando con él.
Los días siguientes todo me hacía llorar: su almohadón vacío, pensar que no lo iba a abrazar nunca más, incluso ver una mosca entrar a la casa y pensar que ya no estaba el gordito cazador para atraparla. Me desvelé noches y anduve días con la cara desfigurada de la tristeza. Se sentía como si a cada rato una ola violenta me estuviera revolcando en la arena, dejándome constantemente en busca del reencuentro con cierta forma de estabilidad.
Las olas siguieron chocándome pero, con el paso del tiempo, cada vez se hacían más suaves y espaciadas la una de la otra, como si el mar se hubiera calmado después de una gran tormenta y su fuerza, lejos de tumbarme, me acariciara la piel suavecito con recuerdos. Lo angurriento y loud que era el gordo y también lo lindo, compañero, gracioso, cariñoso…
Decidimos cremarlo y despedir sus cenizas en un bosque que da a nuestro lago favorito de Berlín, así que una mañana de sábado fresquita con sol enterramos lo que quedaba de él junto con su amigurumi favorito, una carta y una ofrenda de comida y flores; despidiendo su forma física en un ritual muy sanador para nosotros.
Siento que darle a este duelo la entidad que se merece es, por un lado, respetar la memoria del gordito, pero también es respetarme a mí y todo lo que representa decirle adiós a un compañero de vida de casi diez años, que me acompañó desde que me fui de la casa de mis viejos a mi primer departamento de soltera hasta llegar a la casita que habitamos ahora con mi novio en Berlín.
Honestamente no sabía si compartir este duelo, pero varios mensajes que recibí me reafirmaron que era una buena idea expandir el mensaje de que una ausencia como esta, pese a pertenecer a otra especie, tiene peso y que es super válido sentirse así. Que está bien amar con todo el corazón a un animal y está bien duelar su pérdida. Que, lejos de tener que esconder este dolor, una mejor idea es sacarlo a la luz para que sane y quizás, en ese compartir, ayude a otra persona a procesar el suyo.
Tenía pensado escribir sobre otro tema en el newsletter de noviembre y estaba casi cerrado el contenido, pero después de todo este proceso sentí que lo único genuino que podía salir de mí este mes era hablar de la impermanencia, y también del desapego. La importancia de estar presentes, vivir y amar con todo nuestro corazón, pero también aprender a no aferrarnos demasiado a nada ni nadie, sabiendo que nada es eterno (y eso nos incluye a nosotros).
El gordito me enseñó la responsabilidad de cuidar a otro ser vivo y la entrega del amor puro y desinteresado, lecciones que me van a acompañar toda la vida. Honrar ese aprendizaje es dejar ir el pasado sin apego ni olvido, llevando conmigo a la siguiente etapa todo lo lindo que esta me dejó.
“No es la impermanencia la que nos hace sufrir, sino querer que algunas cosas sean permanentes” dijo Thich Nhat Hanh. Creo que parte de llevar una vida creativa, expansiva y en plenitud es aprender a andar ligeros, sin mochilas pesadas. Saber cuándo abrazar lo que la vida nos regala, y cuándo aceptar que llegó el momento de dejarlo ir para hacer lugar para lo que viene.
De eso se va a tratar esta entrega, te voy a compartir alguito para inspirarte y tres herramientas que pueden ser de ayuda al momento de soltar el apego, aceptar la impermanencia y hacer espacio para todo lo lindo que te espera por delante.
Pero antes, y sobre todo después de este relato, quiero compartirte tres cosas que me hicieron feliz este mes:
Ahora sí... ¿Arrancamos?
Una serie
Six Feet Under está en mi top 3 de series favoritas de la vida, en gran parte por su forma filosófica, honesta y sensible de tratar el tema de la muerte y la impermanencia. Mención aparte para el final, que es el más perfecto que vi en la historia de la televisión. Si querés ver una serie especial que no defrauda ni hasta el último segundo, dale una oportunidad. Te va a dejar un sentimiento un poco triste pero muy dulce, y la idea de que, al final, temerle a la muerte no tiene sentido: es justamente su existencia lo que le da sentido a nuestros días.
Mandalas de arena
Los mandalas de arena son representaciones geométricas del universo que se caracterizan por su carácter efímero. Los monjes tibetanos crean estos mandalas a lo largo de días y semanas, colocando granitos de arena de colores con muchísima delicadeza y paciencia. Cuando el trabajo se completa, la obra se destruye.
Cada grano de arena simboliza la fugacidad de la vida y la importancia de soltar lo material, un enfoque que contrasta muchísimo con la búsqueda de placeres sensoriales temporales que a menudo consideramos felicidad en el mundo occidental. Al explorar el arte de los mandalas de arena, también estás abrazando una profunda filosofía de la vida: la de apreciar la belleza y la transitoriedad de todo. Si querés saber un poco más sobre los mandalas de arena, acá te comparto un video al respecto.
Un pasaje de un libro
No leí A Tale for the Time Being de Ruth Ozeki, pero hace un tiempo escuché a Gretchen Rubin leyendo un pasaje de este libro y resonó muchísimo. En la novela, Nao, una adolescente japonesa, le comenta a su bisabuela, una monja budista, que está preocupada por muchos temas y que siente como si tuviera un pez en la panza.
"Le hablé acerca del pez en mi estómago, y ella dijo que sabía exactamente de lo que estaba hablando, y que ella también tuvo un pez por muchos años. De hecho, dijo que tenía muchos peces, algunos pequeños como las sardinas, otros de tamaño mediano como las carpas, y otros tan grandes como un atún rojo del Atlántico, pero el pez más grande de todos pertenecía a Haruki, y era más parecido al tamaño de una ballena. Dijo que después de convertirse en monja budista y renunciar al mundo, aprendió a abrir su corazón para que la ballena pudiera nadar lejos."
¿No es hermoso el concepto de abrir el corazón para que la ballena pueda nadar lejos? Me recuerda la importancia de ser transparente con mis emociones, de permitirles salir a la superficie cada vez que lo sienta necesario. Si cierro mi corazón, estoy encerrando cientos de peces, o hasta una enorme ballena, en mi interior. Pero si, por el contrario, libero el sentimiento, le permito fluir libre hacia las profundidades del océano, donde necesitan estar. 🌊
Leyes del desapego
Cuando soltamos el apego (a objetos, a personas, a expectativas) aceptamos la vida tal cual es, liberándonos del miedo y la inseguridad que no nos permite soltar lo que es, en su naturaleza, efímero e impermanente. En definitiva vivir con apego no tiene sentido, porque es firmar un contrato eterno con el sufrimiento. Investigando para este news me crucé con las 4 leyes del desapego y me pareció algo interesante para compartirte. Acá van:
Qué simple y qué complejo a la vez, ¿no?
Una canción
Connie Isla es una artista y activista argentina con una sensibilidad especial, y un amor absoluto de persona. Hoy quiero compartirte una canción hermosa que compuso pensando en Timo, su compañero de 4 patas, y en todos los animales que mueren diariamente. Se llama “Viaje” y habla sobre no aferrarse, dejar ir y recordar con amor. Me hizo muy bien escucharla cuando pasó lo del gordo, y creo que es una linda herramienta a tener a mano en nuestras cajitas para cada vez que entre en vigencia la cuarta ley del desapego. Podés escucharla acá (con un par de pañuelitos cerca, después no digas que no te avisé ❤️🩹)
Un ejercicio
Creo que solemos minimizar el peso que los diferentes apegos ejercen sobre nuestra vida cotidiana. ¡Vivimos apegados a tantas cosas! Para hacer consciente este peso, te comparto un ejercicio: salí a juntar piedritas de tamaño medio y, en cada una, escribí apegos que sabés que tenés y que te gustaría empezar a soltar (relaciones, objetos, hábitos, expectativas, ideas, creencias limitantes...). Llevá todas estas piedras con vos en tu mochila o cartera durante todo un día y, cuando sientas que se convierten en obstáculos muy molestos, elegí una para soltar y tirala con determinación y alegría, sintiendo cómo esa simple acción te aliviana el peso. Seguí hasta que te deshagas de todas, lo cual no significa romper completamente con lo que te ata, sino tomar consciencia del peso de estas cosas y emprender, quizás, un camino más liviano. ¡Si lo probás contame cómo te va!
Este mes en La Baum vamos a trabajar el desapego con una misión creativa muy especial y en el club de cine-debate vamos a charlar sobre una peli de Wes Anderson que habla del autodescubrimiento, la reconciliación y el duelo. ¡Creo que va a estar super lindo! ♥️ Si querés saber más sobre la dinámica del espacio, acá encontrás toda la info. Si quedan dudas, escribime. Y si querés formar parte del refugio creativo más lindo y especial de internet, seguí esa corazonada y sumate a La Baum 🏡
Aclaración importante: en Octubre Patreon agregó el botón "Sumate Gratis" en las cuentas de todos los creadores, y esto incluye La Baum. Pero, al clickear ese botón, el nuevo miembro gratuito no tiene acceso a nada. Si querés ser parte de La Baum, recordá que es un espacio que, si bien es económico, es pago. Esto nos ayuda a mantenerlo seguro y privado, y también a honrar el trabajo de las personas que sostenemos el espacio todos los meses. La única opción con acceso a La Baum es Fox Scout 🦊
¡Eso es todo por este mes!
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Y si querés abrazar la idea de la impermanencia, empezá por no dar nada por sentado. Cada día en este mundo es un regalo, y eso se agradece 🫶🏻
Gracias por estar del otro lado, significa un montón. ¡Nos leemos el mes que viene!
Si queres poner una canción de fondo mientras leés esta carta, te recomiendo Window to the Sky de Kim Churchill Hola Reader, ¿Cómo estás? Yo bien, en este momento escribiéndote desde un espacio de coworking a pasitos de la estación central de Berlin. Cada tanto me gusta venir a trabajar acá para cambiar de ambiente o cuando necesito concentrarme en tareas específicas (como escribirte esta carta). Hace poco además descubrí que puedo usar el ipad de segundo monitor (suena obvio ahora pero nunca...
¡Sorpresa 🌝! Me adelanté un día por si tenías ganas de leerme el domingo desde la cama, bien slow ☕️ Si queres poner una canción de fondo mientras leés esta carta, te recomiendo Slow And Steady, de Of Monsters and Men Hola Reader, ¿Cómo estás? Yo bien, muy tranquila. Así como el mes pasado no sabía por dónde arrancar a contarte la cantidad de aventuras que había vivido, este mes no sé bien qué contarte porque lo pasé quietita en casa. No me resulta una sorpresa, viniendo de un mayo tan...
Si queres poner una canción de fondo mientras leés esta carta, te recomiendo Rivers and Roads de The Head and the Heart Hola Reader, ¿Cómo estás? Por acá bien. ¡Siento que pasó un año desde la última vez que te escribí! Mayo fue un mes tan intenso como lleno de cosas hermosas y tengo tanto para contarte que no sé por dónde empezar. ¿Quizás en orden cronológico? La primera semana del mes arrancó en Barcelona, donde nos encontramos con mis compañeras de Mastermind Sofi, Caro, Sharon y Magu. Si...